John Connor

Abstente de dejar descendencia, al menos hasta que las cosas parezcan mejorar, pero practica cuanto puedas, que para eso es el Kama Sutra. Si no falta el que se declara loco y huye a Brasil para evitar responsabilidades, imagina si cierran los laboratorios de ADN y desaparece el sistema legal que te condena en un juicio de alimentos.

Ten siempre preservativos a la mano, lo peor es tener que lidiar con una embarazada. Más que las infecciones, debilidad o falta de acceso a servicios de salud, el verdadero peligro serán los antojos. Puede que se levante a las tres de la mañana a pedirte guatallarín con helado de paila y deberás conseguirlos o morir en el intento. De los cambios de humor, ni hablar.

Tranquilo si ya metiste la pata, todo chamaco viene con el pan bajo el brazo, pero ten pañales y leche de reserva por si toca salir corriendo a la media noche. En The Walking Dead, el DreamTeam se arriesgó para alimentar a Judith, pero eso es ficción. Lo más probable es que ni tú puedas ir a buscarle pañales cuando tu búnker esté rodeado de zombies. 

Inmunízalo a tiempo. Si dejas para mañana la vacuna que le pueden administrar hoy, puede que las enfermeras tengan otras prioridades, como huir de los comecerebros, por ejemplo. Consulta a tu médico para darle calcio, complejos vitamínicos y otros productos que fortalezcan el sistema inmunológico y almacena lo que puedas, pero chequeando la fecha de caducidad.

Ponle un nombre que inspire respeto y proyecte personalidad, como Max Power, Rafael, Hércules o Tiburcio, si es machito. Si es mujer, los mejores nombres son Helga, Xena, Lara Croft, Sonja y Elektra. Si le pones nombres como Lucio, Alvarito, Guillermo, Homero, Floripondia, Inocencia, Pancracia o #BettyLaFea, difícilmente los tomarán en cuenta para integrar un DreamTeam decente.

Dicen que los berrinches y la indisciplina son aspectos normales del desarrollo infantil y que debes sobrellevarlos, pero si tu hijo se tira al piso a gritar y patalear en pleno centro comercial, los comecerebros se le lanzarán encima cual niños con piñata. Enséñale a comerse sus verduras y si por mañoso se niega a hidratarse o comer, ignora sus quejas cuando tenga sed o hambre. Ya es malo desperdiciar comida en estos tiempos, peor si tienen que racionarla durante un éxodo.

Los adefesiosos que envían a su hijo a clases de ballet, piano, teatro o manualidades, lo verán en calidad de carnada. Entrénalo, pero incúlcale valores familiares o aprovechará lo aprendido para pegarte un garrotazo, atarte de pies y manos y abandonarte a la entrada del Lorenzo Ponce. Recuerda lo que nos enseñó Darwin acerca de la selección natural. Regálale juguetes útiles en navidad: telescopio, caña de pescar, scooter, binoculares, tienda de campaña, piscina inflable, bate de beisbol, patineta, Samsung Galaxy Note, radio transmisor, navaja suiza, canicas, equipo de ejercicios, PS2, etc. Por nada del mundo le permitas enviciarse con Mario Bros, Bowling o Guitar Hero. Anímalo a volverse experto en los juegos citados en el capítulo “Trainin’ day” para que sea imprescindible en cualquier DreamTeam.

Enséñale a conducir apenas alcance el pedal del freno. Ponlo en escuela y colegio militar o naval para que se discipline, recuerda que ahora son de acceso público. Los cursos vacacionales deben ser prácticos: natación, karate, kendo, idiomas, electrónica, primeros auxilios, etc. Envíalo al jamboree para que pueda instalar trampas y preparar ratas estofadas a la orange. Dale una copia original de esta Guía de Supervivencia y ponlo a ver Terminator 1, 2 y 3, las crónicas de Sarah Connor, Jurasic Park III y todas las películas donde los niños salvan el día gracias a sus destrezas y conocimientos. Enséñale a detectar vías de escape, improvisar trampas y armas, identificar las habilidades de sus panas y manipular a los demás.

Habrá tiroteos, saqueos, cadáveres por doquier y gente devorándose entre sí. También habrá zombis al acecho. Al igual que el contenido de este libro, esas imágenes son inapropiadas para menores de edad. Es por eso que debes preparar a tu cachorro para que administre bien su FUA. Puede que esa sea la tarea más difícil; más que por el sufrimiento de tu prole, porque sus gritos y llanto van a exponer al DreamTeam. Apenas se vaya de moco, le darán el vire para mantener el sigilo.

Busca el justo medio. Desde el estreno de T2, centenares de padres conspiranoicos adiestraron a sus hijos en el uso de armas, bombas, robótica avanzada y tácticas militares. Años después, Columbine, Virginia Tech y otros casos similares encubiertos por la prensa, permitieron descubrir, investigar y clasificar esa patología paterna como Síndrome de Sarah Connor.

Será difícil lidiar con tu hijo en plena edad del burro. Estará más interesado en hacerse tatuajes o escuchar tecnocachullapi para encajar. Puede que se vuelva emo, anarquista, nerd o fanático de Las Musas. Hay quienes sucumben ante La Droga, el alcohol y la anorexia, o caen en las garras de cultos como la Iglesia Bendita de Sodoma y el Movimiento Cínico Madera de Garrotero.

Andará queso todo el día y si logra superar la timidez, estará más enfocado en vaciles y bailar reggaetón con peladas de colegio de señoritas, que en servir para algo. Querrá rebelarse y si pierdes la paciencia, terminará a merced de los muertos vivientes o se integrará a una banda de saqueadores.

Los hijos de hoy en día tienen poco cuidado con su alimentación. Si nadie les promocionó los beneficios del vegetarianismo, la comida chatarra los tendrá panzones, con problemas cardiacos, barros y espinillas, que los convertirán en blancos fáciles para comecerebros y francotiradores confundidos. La ventaja es que cada generación tiene una mayor altura promedio que la anterior y los zombis de cierta edad necesitarán escalera para alcanzarles el mate. Por otro lado, muchos adolescentes tienen amigos pandilleros, o ellos mismos integran alguna pandilla. Puede que tu hijo tenga más y mejores armas que tú.

Cuidado te encariñas. Si lo entrenas bien, puede que le toque dejarte en una callejuela o usarte de carnada para salvar las provisiones.