Los verás caer

Los zombis de las películas tienen un bajo nivel de coordinación motora, es decir, son tembleques, torpes y descoordinados. Les es imposible nadar, escalar con una cuerda o caminar por el filo de una pared. Películas como Rambo y Mi pobre angelito tienen ejemplos prácticos de trampas para improvisar contra ellos.


Elabora redes con alambre, cable o cuerda. Si lazas muertos vivientes con ambos extremos, unas seis parejas de infectados podrían interrumpir a una pequeña horda. Otra opción es decapitarlos al estilo “Ghost Ship”: ata un extremo del cable a cualquier poste y el otro extremo a un vehículo pesado en marcha. Tendrás una guillotina horizontal que se encargará de 20 o 30 antes de ceder por el exceso de tensión. Como variante, pon el cable a nivel de los pies o lanza tu vehículo desde el tercer piso de un parqueadero.

Con un buen sistema de poleas podrías despejar la entrada de tu edificio si la turba brutal acecha afuera. Usa los estadios para improvisar Trampas Pinochet. Con hinchas de tu equipo rival como señuelo, guía a los zombis a la cancha. Una vez allí, pon trampas guillotina o elimínalos con disparos.

Si te falta infraestructura, bastará poner en la cancha suficiente papel, cartón, madera, gasolina y más combustibles para preparar una barbacoa de muertos vivientes. Estas trampas pueden utilizarse también en canales al aire libre, como los de Las Orquídeas o Los Vergeles. Si los llevas a una piscina, se quedarán allí hasta el día del juicio final, pero ten en cuenta que el agua será un bien escaso que deberás conservar a como dé lugar.

A los infectados lentos, tipo Survival of the dead, cuélgalos con trampas de lazo para eliminarlos sin desperdiciar balas. Si son de los zombis rápidos, puedes arrojar canicas o aceite detrás de ti y que la gravedad se encargue del resto.

En HOTD, los zombis reaccionan al sonido. De ser así en el AZ, ten a la mano una vuvuzela, una grabadora o al menos, objetos que puedas lanzar para distraer a los comecerebros. Las boleadoras, bolas o bolas gauchas, son ideales para hacerlos tropezar, pero el que las lanza debe estar de pie. Son silenciosas y relativamente fáciles de elaborar. Eso sí, recuerda Canguro Jack, debes ensayar bastante para lanzarlas sin riesgo. Las damiselas en peligro serán la carnada ideal para comecerebros morbosos, gente que ande queso o quienes tengan complejo de buen samaritano. Cuidado caes en su trampa.

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