Así
como existen aspectos que debes desarrollar, hay otros dignos de descontinuar.
Y ojo, que voy a citar solo unos pocos ejemplos:
Fanatismo.- Si aparece algún fanático
religioso, como en “The mist”, querrá
ofrecer sacrificios humanos para calmar a diosito. Explícale que se equivocó de
película e ignóralo si dice que matar comecerebros
es pecado. Será imposible aplicar las enseñanzas divinas si vienen a morder a
diestra y siniestra. Si a un zombi le ofreces la otra mejilla, de ley que se te
la come.
Curiosidad.- Si
en pleno saqueo escuchan ruidos sospechosos en la bodega, un papanatas irá ver
qué pasa y regresará con antojos de masa encefálica, mientras el equipo de En carne propia le pregunta si tiene
factura de sus adquisiciones.
Heroísmo.-
Por culpa de Hollywood, más de uno se
creerá John McLane y arrastrará a sus
compas al suicidio colectivo.
Intervencionismo.- Los
metiches querrán interferir en peleas ajenas o salvar a damiselas en peligro.
Serán los más propensos a caer en trampas de saqueadores caníbales.
Empatía.-
Quien acepte salvar a alguien que es chévere o le recuerda a su mamita
zombificada, terminará con lastre humano a millares surgir.
Síndrome de la estatua.- En situaciones de riesgo extremo y estrés apabullante, algunos se
quedan inmóviles. Un caso muy famoso es el del Chavo del Ocho cuando le da la garrotera.
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