¿La tecla
venía a ver a tu esposa, pero se tropezó con una turba de zombis y quedó en
calidad de tentempié? Dispara a la cabeza. La Constitución vigente condena el
asesinato, pero ten la certeza de que el nuevo Gobierno, si vuelve a
instaurarse algún día, dará la amnistía. Cuando
te toque darle con el bate a una zombi embarazada, hazlo con confianza, porque
la campaña Reacciona Ecuador será inaplicable.
Olvida las
consecuencias legales y consideraciones religiosas. Si diosito quiere que ellos
prevalezcan, los hará inmunes o les pondrá un casco de kevlar en el mate.
¿Y a quién salvar? “A la pechugona, of course”, dirán unos. “Al papito rico que escribió esta Guía de Supervivencia”, dirán
otras. Aún en las circunstancias más estresantes, con el futuro de la humanidad
en riesgo, tendemos a poner el cerebro en stand-by
y fijarnos más en la anatomía que en la estrategia. Puede que te toque elegir
entre Dora West y una nerd pasable integrante de la selección
universitaria de salto con garrucha, que además se ha visto todas las películas
de Romero. Elije a la que te salvará
la vida un par de veces, aún a costa de su propia integridad. Olvídate de la mamita
rica de Kandela & Son,
seguramente otros babosos darán su pescuezo por ella.
Si eres Dora
West, la tienes relativamente fácil. Siempre habrá un pervertido que trate
de salvarte. Eso sí, ni me busques ni grites por cualquier tontería o los zombis
te encontrarán con una mordaza y un lacito de regalo como diadema.
Al pensar en un eventual AZ, lo primero que nos viene a la mente es agarrar una UZI y una AK47 y disparar a diestra y siniestra. La idea es tentadora: llueven
casquillos usados y los infectados caen por doquier. Pero si sigues
visualizando el asunto, se agotan las balas y el ruido de los disparos ha
alertado a centenares de muertos
vivientes en ayunas que rondaban. ¿Qué vas a hacer? En el PS2 puedes recargar el arma de la manera
más sencilla. En el mundo real, estás en apuros.
Todos saben que para eliminar a un zombi hay que
hacerle un hoyo en la cabeza. Nada de corazón o pulmones. En la cabeza. Esta Guía de Supervivencia haría mal en
contradecir a Romero y a quienes por
tantos años han analizado el tema con ese morbo friki que perturbaría a cualquier persona decente. Un comecerebros jamás podrá seguirte si su
centro nervioso está menoscabado, pero si ya es difícil atinarle a un blanco
fijo, imagina darle en la cabeza a algún conocido. La carga emocional, la
tensión o las implicaciones morales y religiosas, incidirán en el desperdicio
de balas y en la posibilidad de que te muerdan primero.
Para neutralizar zombis debes considerar varios
aspectos:
¿Realmente es
necesario eliminarlos?
Si puedes, huye sin perder tiempo, balas ni energías.
Ellos son más montoneros que robaburros
en navidad y detectan el relajillo en
kilómetros a la redonda.
¿Pistola o
machete?
Las armas de fuego son más efectivas y seguras, si
tienen silenciador. A corta distancia es mejor una lanza improvisada o un machete.
¿Katana o
motosierra?
Ninguna. Las katanas disponibles serán de juguete o mala
calidad. Si son incapaces de cortar la brizna de hierba que fluye por una
cascada al amanecer de un día de otoño, ten la certeza de que son falsetas. Serán
inútiles si te caen en gajo, pero se ven “cool”
e inspiran respeto, siempre que hayas tomado clases de kendo. El mayor peligro es que el portador tiende a creerse Takezo Kensei.
En cuanto a las pesadas motosierras, ni siquiera un
leñador puede usarlas como arma. Son inestables, delicadas y hacen un ruido que
alertará a otros comecerebros sin que
notes su llegada.
¿Hay que eliminarlos
a todos?
¿Acaso te saltaste la primera pregunta? ¿Crees que
esta Guía es un juego? ¿Tienes idea
de cuántos expertos fueron entrevistados y cuántas simulaciones realizó la NASA para que tengas esta información
condensada? Si hay más infectados en los alrededores, eventualmente van a
rodearte. Neutraliza al que esté a punto de morderte y luego corre.
Las películas de zombis te hacen confiar erróneamente
en ciertas tácticas, recursos y actitudes. Nunca creas todo lo que ves en la
pantalla, ni siquiera deberías creer en todo lo que lees en esta Guía de Supervivencia. Toma en cuenta
que la escribí pensando exclusivamente en el vil metal.
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