Howard Hughes tenía razón

Para salvarte de las enfermedades, el primer paso lógico es estar alejado de quienes las padezcan. Evita en lo posible dar la mano o saludar con beso, peor con besitos de lengua. Mantén las ventanas abiertas con toda la ventilación natural posible, al menos hasta que lleguen los zombis.

Fíjate dónde pones tus manos, es muy probable que alguien haya estornudado o pasado la lengua previamente en ese punto. Hay sitios de riesgo particularmente alto: buses, taxis, colas de los bancos, malls, cines porno, etc. Lávate las manos con abundante agua y jabón o con gel antibacteriano. Mantén tus manos, uñas, pelo y ropa limpios. Aún si el virus zombi se difunde por otras vías, la higiene te dará más posibilidades de durar. Mira Contagion para inspirarte. En Ecuador, la nueva moda es tomarse fotos lamiendo la manija de la puerta. Cuando inicies una relación, pregunta a tu media naranja se dedica al doorknob shojo.

La tacañería puede salvarte la vida. Para evitar virus y bacterias ajenas, sé cicatero con tu botellita de agua o tu vasito de café. Acostúmbrate a desinfectar tu celular, el teléfono de la oficina y tu escritorio; pero trata de hacerlo en corto, porque de lo contrario te empezarán a ver raro. Recuerda que así empezó Howard Hughes.

La camiseta de la Selección es antibacterial y tiene protección UV, pero es demasiado foca. Usa la alterna o busca una de esa calidad, pero de colores que te permitan pasar desapercibido. Tu piel sufrirá durante el éxodo, así que es mejor cuidarla desde ya. El bloqueador solar que protege del cáncer de piel debe dejar de considerarse un artículo de temporada playera, particularmente en Guayaquil, ciudad a la que llega más radiación solar por culpa de los experimentos secretos que se llevan a cabo en los alrededores de la ESPOL.

Si te van a operar, asegúrate de que algún familiar guarde una mochila de emergencia a tu alcance. Cuando llegue el día, nadie tendrá tiempo para esos detalles y al igual que el Sheriff Rick Grimes en The Walking Dead, andarás en bata de hospital y pantuflas hasta que puedas saquear en ETA Fashion.

Lávate los dientes cada vez que puedas, o el dolor causado por las caries te precipitará a la primera horda que encuentres. Peor aún: cuando seas zombi, te será difícil alimentarte. Deja de abrir botellas de cerveza con los dientes, o tu afán de parecer cool te dejará chimuelo antes de cumplir 34 primaveras. Hay quienes esperan hasta el último minuto para visitar a su dentista. El miedo a los psicópatas es genético, pero recuerda que en un Apocalipsis Zombi, la única forma de sacarte las muelas será al estilo Flaca Guerrero: que un auto fantasma te atropelle y caigas de mandíbula en el pavimento.

Deja la comida chatarra. Dentro de poco, lo único que encontrarás en una pizzería será un montón de zombis comiéndose al gerente. Bebe agua, mucha agua y aprende a comerte tus verduras y frutas. Tu corazón estará sometido a emociones fuertes durante un Apocalipsis Zombi. Lo menos que necesitas son grasas trans y colesterol trucho.

El agua caliente ayuda a eliminar grasas y microorganismos de los platos. Sécalos con papel absorbente y almacénalos en sitios libres de polvo, humedad y animales. Los alimentos y el agua contaminada pueden transmitir una serie de enfermedades, como pasó con la epidemia de cólera en Haití. Lo que menos necesitas durante un éxodo es padecer disentería o enfermarte de gripe si estás oculto. Obtendrás el agua de fuentes hoy impensables. Más te vale mantener limpia el agua del tanque y la taza del inodoro.

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