La obesidad puede ser mortal

Seducir a tu pareja quizás sea estímulo insuficiente para bajar de peso. ¿Crees que conservar tu masa encefálica sí te motive? ¿Cuándo fue la última vez que trepaste un muro de dos metros y medio? Tendrás que correr a full y andar por los techos y esta vez, evadir a los acreedores será una razón secundaria. Cada día son más los países que incluyen la obesidad en su lista de problemas de salud pública y da la casualidad de que los mismos países tomaron otras medidas ante la amenaza latente de un Apocalipsis Zombi.

El gimnasio es sitio de asistencia obligatoria. ¿Podrías caminar kilómetros durante semanas con el físico que te gastas? ¿Y cómo piensas hacer con la mochila, armas, etc.? La desesperación cundirá en los corazoncitos de todos y solo aquellos que consumen aceite de girasol podrán lidiar con las emociones fuertes. Si a todas esas emociones le sumas carreras, mostros tratando de devorarte y violarte, zombis e incendios, notarás que necesitas un corazón tuco. De la carencia de cariño, comprensión y ternura, ni hablar.

En este mundo de lujos como la Metrovía, taxis o carro propio, perdemos perspectiva de lo lejos que está todo y el cansancio que implica caminar 50 cuadras con provisiones a la espalda. Dale prioridad al ejercicio cardiovascular. Realmente es innecesario quedar como Rambo, pero la musculatura nunca está demás, especialmente a la hora de escalar,  hacer barricadas, cargar heridos que luego puedas usar como carnada y dar batazos letales. Si además practicas yoga, tendrás potencial para el parkour.

Un sobreviviente con la masa muscular de Superman inspira más respeto que un alfeñique con pinta de Clark Kent. Recuerda que además de su uso práctico, los músculos constituyen una barrera contra potenciales violadores y saqueadores. Las mujeres tendrán más posibilidades de ser rescatadas si sus jornadas de pilates les dejan el rabito igual o mejor que el de Gineth Moreno. Y claro, si además hacen ejercicios que les permitan resistir largas caminatas, escalar paredes y cruzar a nado el río Babahoyo. Es recomendable que se operen las tetas. Aunque suene machista, le serán útiles cuando necesiten un héroe morboso que las salve.

Si te avergüenza ir al gimnasio, empieza en casa con ejercicios simples: camina, sube las escaleras, ordena tu casa o pregúntale a tu esposa si quiere cambiar de ubicación los muebles. Una vez que tu masa corporal deje de representar una afrenta para quienes te ven, puedes ir al gimnasio. Solo allí tendrás el equipo y la ayuda profesional que necesitas. Si tu personal trainer insiste en burlarse de tu gelatinosa figura, llama al gerente.

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