
Mira a todos lados antes de cruzar las calles
y ten cuidado con los saqueadores, haz de cuenta que andas por el Mercado Central con la quincena en los bolsillos. Jamás te
separes del grupo, cubran un lugar a la vez e ingresen a los sitios que
conozcan bien. Podrías encontrar comecerebros en cualquier casa que invadas. Si un borrachín consuetudinario puede llegar
en modo automático a su casa, es de esperarse que lo logre también al
convertirse en mostro.
Si
te toca recorrer la ciudad durante la noche, usa cámaras o lentes de visión
nocturna en vez de linternas, así será más difícil localizarte y tendrás
ventaja para escapar o atacar. Si te persiguen y te cansas, empieza a cojear.
Con suerte, pensarán que ya estás a merced y te darán tiempo para tomar un
segundo aire y huir cuando menos lo esperen. Si finges ser ciego, podrás huir y
atacar por sorpresa, pero esto solo se aplica cuando enfrentas a choros, violadores o vendedores de
bunkers. Si hay un francotirador en los alrededores, serás el postre del día.
Busca
puntos de referencia: antenas o edificios que permitan identificar la salida de
la ciudad. Necesitarás establecer sitios para esconderte mientras esperas
ayuda. En edificios o almacenes puede haber más problemas, pero también más
posibilidades de durar hasta que llegue la caballería.
Hay que evaluar la conveniencia del rescate y saber que si se demoran debes
avanzar, por ejemplo, hasta el sur y ocultarte cada dos cuadras, dejando una cruz en la casa donde te toque
quedarte. Deben tener palabras clave como Madagascar
o Constantinopla, por si les toca
comunicarse en medio de una horda de bandoleros.
Habrá miles de muertos vivientes y saqueadores en los malls y las cercanías de los mercados. Desvalija la despensa de la
esquina y aprovecha para pegarle un tiro a la madrina infectada, así
tendrás una culebra menos en tu lista negra en caso de que todo vuelva a
la normalidad. Si resulta impostergable entrar al supermercado o centro
comercial, delega a un centinela y empiecen a saquear desvergonzadamente luego
de cerciorarse de que está vacío y tienen una vía de escape. Aprovecha las alturas: varengas, ductos de ventilación y demás sitios
en el tumbado para escapar sin riesgo. De preferencia, saqueen desde el techo, sobre
todo si saben que en el lugar hay comecerebros.
Unas cuantas trampas te darán tiempo para huir. Si se
establece que el ruido los atrae, una grabadora encendida en un cuarto cerrado
puede ser la mejor distracción.
Cubre
las puertas o ventanas de vidrio y asegúralas luego con muebles. Con suerte,
los infectados olvidarán que hay alimento adentro y buscarán presas más
accesibles. En las películas, los muertos vivientes demoran horas en atravesar ese tipo de puertas, pero a los politiqueros
que irrumpieron en ECTV les tomó
minutos destruirlas, a pesar de que se tomaron su tiempo para el figureteo mediático. Ten siempre un
candado grande a la mano para usarlo como arma o ponerte a buen recaudo.
Aprende a abrir candados sin utilizar llaves. En Youtube hay suficientes tutoriales.
Busca productos que permanezcan intactos a
temperatura ambiente, que tengan fecha de caducidad lejana y que estorben poco.
Con suerte, estarán bien surtidas las secciones de productos vitamínicos, ropa,
desodorantes y cuchillos. Si destruyen el puente
de la 17, puede que el Ríocentro Los
Ceibos y Megamaxi Ceibos sean los
malls menos inseguros. Estarán
relativamente aislados y será fácil improvisar muros de contención con
vehículos. Los vecinos escaparán por la Vía
a la Costa y muy pocos se quedarán en los alrededores.
Si
entras a un edificio público, te podrán perseguir los zombis discapacitados
que aprovechen las rampas y demás facilidades instaladas últimamente por culpa
del Vice. Cuando te toque ir al baño
público, elige el más cercano a la ventana o el del fondo. Así tendrás tiempo
de reaccionar o limpiarte el trasero en caso de que aparezca un comecerebros o violador.
Los curuchupas irán a la iglesia, pero los
infectados los devorarán antes de que agarren el rosario. Si logran guarecerse,
sus únicas provisiones serán agua bendita y hostias. Las beatas se
arremolinarán allí para que diosito las salve y castigue a quienes se portaron
mal.
A los hospitales llegarán los primeros
infectados y muchos seguirán allí. Sin importar la gravedad de tus heridas, ni
siquiera te acerques a esos lugares, aunque parezca que la paz se ha
restablecido. Si les toca ir a buscar medicinas o implementos de salud, cada
cual debe salir con la misma cantidad de todo lo que necesiten, de tal manera
que la muerte de uno de ustedes sea irrelevante en el cumplimiento del
objetivo. Busca una licorería y guarda alcohol para impedir infecciones,
emborrachar a un agonizante para que muera feliz y hacer una orgitropichupifarra vaga en algún
momento de sosiego.
Las estaciones de Policía serán un caos,
especialmente la Policía Metropolitana: se organizarán, pero con la intención
de ponerse a buen recaudo y disparar a todo lo que se mueva. Una cosa es
agarrar a un vendedor de maracachafa
o romperle la crisma a un comerciante informal, y otra muy distinta es
arriesgar el pellejo con una horda de mostros,
así que en vez de portar macanas y gas pimienta, estarán bien armados, mucho
más que en la época del SIC-10 y los escuadrones volantes de los que pocos se
acuerdan hoy en día. Si tus vecinos empiezan a desaparecer, los torturan o les
disparan a la cabeza nomás por si las moscas, más te vale poner los pies en polvorosa, sobre todo si vives en la Pancho Jácome o ves a un grupo de veteranos en un Bronco rojo.
Será tentador buscar un cuartel militar como
el de FRiobamba, pero es posible que
haya un verdadero Apocalipsis Zombi y que nuestra sociedad penda de un hilo. Los milicos de alguna fuerza de
ocupación podrían usar civiles para librarse de los enemigos o bombardear
ciudades enteras si es necesario. “Daño
colateral”, le llaman.
Otro lugar aparentemente seguro es una prisión
con grandes murallas, huertos, armas, La
Droga, celulares, internet satelital y torres de vigilancia. Pero si ya es peligrosa
cuando tienen quién atienda, imagina La
Peni sin guardias. Puede que haya gente en ese lugar, pero serán iguales o
peores que los muertos vivientes. Si
vas, lleva vaselina. Los colegios y universidades fueron hechos para resistir a
tirapiedras bochincheros con bajos resultados en las evaluaciones, bombas molotov y quema de llantas.
Tienen casi lo mismo que las prisiones, pero además están cerca de tiendas y
cybers.
Podrías buscar un banco y encerrarte en la
bóveda. Serás rico, pero tendrás que aprender a alimentarte de prana. La única ventaja para ese lugar
es que podrás hacer municiones con monedas, como Alice en Resident Evil.
En cuanto a los cheques, son pocos los que se los comen, y esa dieta es poco
recomendable a largo plazo para personas decentes.
Hay lugares sin valor estratégico: spas, edificios públicos, estudios de
grabación, puestos de venta de cds,
cementerios, etc. Solo un idiota se dedicaría a buscar los Grandes Éxitos de Aladino
o poner flores en la tumba de su abuelita.
De acabarse la comida, podrás aprovechar las
aves que solían buscar alimento y sexo en el islote El Palmar, que se adentrarán en la ciudad para anidar, alimentarse
y disfrutar de la selva de cemento y adoquín, especialmente en temporada de
lluvias, cuando lleguen los mosquitos y grillos.
Oculta
una sierra para metal. Si eres capturado por una secta de ciudadanos de a pie
que se volvieron antropófagos y te mantienen en un estricto régimen de grasas
saturadas para darte el vire en la cena de navidad, tendrás una
oportunidad si cortas las cadenas o esposas. Es posible que también te
requieran para dar paso a sus más obscuras perversiones, así que te conviene
esconder un frasco de vaselina.
En
caso de que los comecerebros tengan
conciencia, será prioritario eliminar a todos los integrantes del DreamTeam que sean infectados,
particularmente a quienes conozcan los planes, procedimientos, refugios, etc.
Los que se integren al grupo durante el AZ
deben ignorar todo, al menos hasta que demuestren ser de confianza.
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